Cuando se trata de seleccionar alimentos para que nos ayuden a desarrollar músculo y fuerza, la mayoría de la gente piensa en claras de huevo, atún, arroz integral y otras comidas típicas culturistas.
Probablemente uno de los últimos alimentos que se nos viene a la mente son las cerezas.
Lo cierto es que, las cerezas, utilizadas correctamente pueden proporcionar multitud de diversos beneficios para mejorar la recuperación del ejercicio.
Además de servir para hacer deliciosas tartas, las cerezas se han utilizado con fines médicos durante muchos años. Muchas personas que padecen problemas inflamatorios, como artritis y gota, recurren a diferentes formas de cerezas para aliviar el dolor.
Los compuestos que se encuentran en las cerezas, conocidos como antocianinas, se cree que son los componentes activos que reducen la inflamación en el organismo. Desde hace algunos años, existen estudios que han encontrado que el consumo de cerezas puede reducir el nivel de los indicadores específicos de la inflamación, como la proteína C reactiva.
Ya que el entrenamiento intenso en el gimnasio puede dar como resultado elevados niveles de inflamación, tienen sentido pensar que el consumo de cerezas podría ayudar a reducir o a controlar la inflamación posterior al ejercicio. Un elevado nivel de inflamación dificulta la recuperación y ralentiza las ganancias en el gimnasio, así que es importante mantener la inflamación bajo control.
Hechos científicos
Basándose en la información científica disponible actualmente sobre los beneficios de las cerezas, investigadores de la Universidad de Vermont decidieron evaluar los efectos que tendría beber zumo de cerezas durante la recuperación de un entrenamiento de repeticiones negativas.
14 hombres bebieron 450 ml de zumo de cerezas y a otros se les dio un placebo dos veces diarias durante ocho días. Al cuarto día, los sujetos realizaron repeticiones negativas de curl de bíceps a una mano con la finalidad de inducir unos niveles elevados de inflamación y de dolor.
Los resultados fueron que cuando los sujetos bebían zumo de cerezas presentaban un grado significativamente menor de dolor y de pérdida de fuerza durante los cuatro primeros días siguiendo este protocolo de ejercicio, en comparación con el grupo del placebo. Los investigadores llegaron a la conclusión de que beber zumo de cerezas es efectivo para reducir algunos de los síntomas del daño muscular provocado por el ejercicio.
Después de entrenar, podrías considerar utilizar las cerezas o el zumo de cerezas para obtener parte de los carbohidratos de después del entrenamiento. No sólo te ayudarán a reponer los niveles de glucógeno, sino que también acelerarán el proceso de recuperación y reducirán el dolor y la inflamación.
Echar entre media y una taza de cerezas dulces o ácidas en la batidora junto con la proteína en polvo (si el batido es sabor neutro) puede darle sabor al batido que te tomas después de entrenar. También puedes utilizar el zumo de cerezas para reemplazar aproximadamente la mitad de los carbohidratos que normalmente consumirías después del entrenamiento.