En cuanto al uso de cinturón de entrenamiento podemos observar que hay personas que nunca lo utilizan y otras que lo llevan colocado constantemente.
El uso del cinturón siempre ha sido un tema controvertido, tiene sus ventajas, pero al mismo tiempo no conviene utilizarlo de forma sistemática.
El uso del cinturón de entrenamiento tiene como función estabilizar la columna lumbar en ejercicios donde se manejan altas intensidades y la espalda recibe cargas muy altas, por ejemplo durante la ejecución de la sentadilla.
En estos casos, está justificado el uso del cinturón para liberar a la zona lumbar de carga y lograr una mayor estabilidad. Sin embargo, no es beneficiosa su utilización sistemática.
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El peligro de usar cinturón de entrenamiento
Que el cinturón lumbar evita sobrecargas lumbares es una afirmación mal entendida. Es cierto que el cinturón lumbar aumenta la presión intraabdominal y estabiliza nuestra columna, protegiéndola de cargas que se transmiten a través de ella.
Sin embargo, esto es un arma de doble filo. Paradójicamente, mientras más lo utilicemos, más débil estará nuestra musculatura y mayor riesgo de lesión en entrenamientos a posteriori. Si queremos evitar desequilibrios musculares y dolor de espalda, debemos utilizarlo lo menos posible.
Nuestro cuerpo posee un cinturón natural a modo de corsé denominado core, que es la musculatura profunda del abdomen (transverso y oblicuo interno).
Además, la columna se encuentra rodeada por una musculatura cuya principal función es la de proporcionar estabilidad.
Cada vez que nos colocamos una faja, corsé o cinturón de levantamiento, estamos sustituyendo la acción de estos músculos por un elemento externo, no dejamos que estos músculos reciban carga y se acondicionen para que puedan llegar a proteger nuestras estructuras articulares de forma natural.
Nuestro core estará mucho más debilitado y se creará un desequilibrio que puede terminar en una lesión al no ser capaz de estabilizar la columna ante cargas elevadas.
Por tanto, el cinturón debemos utilizarlo sólo en situaciones puntuales cuando levantemos mucha carga, como en las últimas series de sentadillas cuando trabajamos fuerza máxima.
Deja que trabajen tus estabilizadores, deja que realicen su acción participando en el ejercicio y no dependerás del cinturón ante cualquier esfuerzo.
Ventajas del cinturón de entrenamiento
Los cinturones de entrenamiento comprimen la espina dorsal al aumentar la presión abdominal y «envolver» así el torso. Es decir, proporcionan un soporte lumbar.
Los cinturones pueden reducir el riesgo de lesión en la espalda baja.
Los cinturones pueden potenciar la propiocepción al incrementar la percepción de estabilidad en un levantamiento determinado.
Por lo tanto podemos decir que proporciona una ayuda psicológica, un efecto placebo al que se le suma el aumento de la información propioceptiva que nos hace tomar conciencia de la posición de nuestra columna, curvatura lumbar y tono abdominal.
Desventajas del cinturón de entrenamiento
Corremos el riego de anular el trabajo del cinturón lumbar natural.
Su abuso nos lleva a atrofia de la musculatura de la columna y debilidad de la zona media. (diría del “core” pero me gusta defender el idioma Español)
Si lo mencionado anteriormente ocurre imaginad sus consecuencias en el caso de practicar otros deportes
En cuanto al riesgo de lesiones: Un deportista que utiliza un cinturón de levantamiento estando lesionado se arriesga a sufrir una lesión más grave. El creer que se pueden levantar más kilos por su uso nos puede llevar a lesiones graves.
Pueden aumentar la presión arterial. El aumento de la presión intraabdominal y torácica durante la maniobra Valsalva produce arritmias por descenso del flujo cardíaco y comprometen el retorno venoso.
Los cinturones pueden modificar el estilo de levantamiento.
Que cinturones de entrenamiento comprar
A la hora de buscar un cinturón de entrenamiento, es clave conocer las opciones disponibles y cuál se adapta mejor a tus necesidades.
Desde cinturones de powerlifting hasta modelos para crossfit o halterofilia, cada tipo tiene sus características específicas.
Asegúrate de considerar factores como el material, el grosor, el tipo de cierre y el nivel de soporte que ofrecen. Un buen cinturón no solo mejora tu rendimiento, sino que también protege tu zona lumbar durante levantamientos pesados.
Selección de los mejores cinturones de entrenamiento disponibles
Conclusión
Si estás pensando si es conveniente usar el cinturón, pregúntate primero esto:
- ¿Vas a utilizar grades pesos? Si es no, no tienes porqué usarlo. Si la respuesta es sí tal vez debas usarlo.
- ¿Tus ejercicios comprometen la zona lumbar? Si no la comprometen entonces no lo uses, si se compromete la zona es probable que debas usarlo.
- ¿Eres capaz de generar fuerza con tu zona lumbar y en los músculos que de la faja abdominal? Si es sí, tal vez no tienes porqué usar el cinturón.
Si vas a usar grandes cargas y tus ejercicios comprometen la zona lumbar piensa en lo siguiente:
- ¿Has entrenado durante el suficiente tiempo tu faja abdominal, tu musculatura paravertebral y lumbar?
- ¿Tienes alguna lesión?
- ¿Has trabajado de manera correcta la progresión adecuada hasta llegar a trabajar con esos pesos?
- ¿Has trabajado correctamente la técnica del ejercicio que vas a realizar con cinturón?
Si alguna de estas respuestas es NO o dudas deberías plantearte darle un repaso a tu entrenamiento y es muy probable que busques otras opciones de trabajo antes de arriesgarte con ese ejercicio que te pedía el uso del cinturón.
Antes de utilizarlo asegúrate de seguir estos pasos:
- Trabaja correctamente la técnica de los ejercicios que vayan a demandar el uso del cinturón.
- Fortalece bien tu zona media, lumbar y musculatura paravertebral. Activa el transverso, músculo olvidado en el entrenamiento.
- Lleva correctamente la progresión en cargas de los ejercicios que demanden el uso de cinturón de entrenamiento.
Y aunque al llegar a este punto te creas que ya lo puedes usar y coger las mayores cargas que has usado en tu vida, todavía te queda el remate.
Debes introducir el cinturón de forma progresiva. No puedes ponértelo el primer día y ¡venga! ¡A tirar como animales!
Acuérdate que puede comprometer el flujo sanguíneo, aumentar la presión sanguínea y dificultar la respiración, por lo que su uso también implica la programación de una progresión de su uso para llegar a un entrenamiento óptimo.
Ahora tras todo lo expuesto, creo que tenéis algunos argumentos para decidir si usarlo o no en vuestro programa de entrenamiento.