Es posible que hagas ejercicio desde hace tiempo, hayas invertido en ropa deportiva avanzada, en un reloj inteligente que te monitoriza hasta las veces que pestañeas e incluso puede que hayas empezado a tomar suplementos dietéticos…
Todo esto esta muy bien y yo mismo tengo y uso todas esas cosas… pero no conseguirás cambiar tu físico solo con eso, aunque sean valiosas ayudas.
Os vamos a desvelar el secreto que consigue cambiar el cuerpo de verdad. No cuesta mucho. ¿Queréis saber qué es?
Para transformar vuestro cuerpo debéis comer limpio. Es la única manera.
Cuando aprendí qué era comer limpio cambié mi físico y mi vida. Eso sí, tuve que realizar una inversión en mí mismo. Lo primero fue creer que yo valía lo suficiente como para esforzarme y que podía dejar de vivir en el sofá con la grasa y la comida basura como compañeros.
¿Estás preparado/a para comer limpio?
Mi transformación comenzó con la limpieza de los armarios y de la nevera, y con mucho
ejercicio cardiovascular. Todo fue bien durante un tiempo. Perdí 18 kilos, pero pasé a ser una versión delgada del cuerpo gordo de antes. ¿Cómo podía ganar músculo? La alimentación limpia volvió al rescate junto con el entrenamiento de resistencia.
En esta web encontraréis todo tipo de ejercicios, como las sentadillas, los pesos muertos, los presses y mucho más para poneros en forma. Podríamos decir que disponemos de todo un banquete de movimientos, y os animo a probarlos.
No obstante, quiero asegurarme de que entendéis qué significa comer limpio, que es el único modo de amplificar vuestro desarrollo muscular, libre de grasa.
Comer mas frecuentemente
Comencemos por desmontar la distribución alimentaria habitual de desayuno, comida y cena.
¡Tenéis que comer cinco o seis veces al día! Ya lo habías oído antes ¿verdad? ¡Y por que no lo haces!
A muchos quizá ya os cueste seguir el esquema de tres tomas, así que seis debe pareceros una odisea. Os parece que comeréis mucho y no es cierto.
Al comer cada dos o tres horas el metabolismo sigue activo. Las ingestas pequeñas y regulares son las únicas que pueden mantener el nivel energético. De este modo quemaréis más tejido adiposo y contribuiréis a la ganancia muscular.
¿Qué debes comer en cada comida?
Lamento deciros que no tomaréis nachos ni cerveza. La experiencia empírica de cientos de culturistas y atletas de fitness demuestra que los ingredientes mágicos de una alimentación correcta son la proteína y los carbohidratos complejos.
Los carbohidratos son necesarios para metabolizar la proteína. Obtenemos proteína de muchas fuentes, como el pollo, el pescado blanco, el salmón, las claras de huevo, el tofu y las legumbres.
Los carbohidratos complejos se encuentran en los granos, la fruta, el arroz integral y la verdura.
Tened cuidado de no tomar carbohidratos simples, los reconoceréis porque suelen contener azúcar; son poco nutritivos, pero sí acumulan muchas calorías. Podríamos decir que son los malos de la película y tenéis que limitarlos o incluso borrarlos por completo de vuestra alimentación.
No añadáis azúcar a ningún producto; al final os acostumbraréis y quizá hasta os guste de nuevo el sabor real de la comida.
¿Qué tamaño deben tener las raciones?
Para comer limpio también tenéis que controlar las raciones. Ya no podéis regalaros con montañas de patatas fritas, de puré con nata y de cereales con mucha azúcar.
Cuando veáis la televisión por la noche, no os sentéis con una bolsa de patatas y cerveza. El éxito en la reducción de la ración tiene mucha relación con la impresión visual.
Una ración de proteína debe ser de 170 gramos, pero ¿Cómo es? Corresponde a lo que os quepa en la palma de la mano, sin incluir los dedos.
Una ración de carbohidratos complejos con cereales debe ser de la medida de una pelota de tenis, o media taza.
En cambio, la medida de fruta o verdura es de las dos palmas juntas, o una taza y media.
Ración de carbohidratos
El tamaño de una pelota de tenis, o media taza.
Ración de proteína
Lo que os quepa en la palma de la mano sin contar los dedos.
Ración de fruta y verdura
Lo que os quepa en ambas manos juntas, o una taza y media.
Esto que parece una tontería puede ser el éxito instantáneo en tu estrategia para comer limpio.
¿Y que pasa con la grasa?
A pesar de todo lo que se dice, la grasa no es el asesino siniestro que creéis. La confusión proviene de la personalidad dual de la grasa, ya que las hay buenas y malas.
La dieta norteamericana está llena de grasas saturadas y trans, que son perjudiciales porque impiden los procesos químicos moleculares y contribuyen a la aparición de la obesidad y de otros problemas de salud. Por eso tenéis que evitar este tipo de lípidos a toda costa. Leed bien las etiquetas de los productos para comprobar qué ingredientes contiene.
Disponemos de varios argumentos a favor de los alimentos con grasas saludables. El organismo necesita los ácidos grasos esenciales para desempeñar diversas funciones, entre las que están cuidar el corazón, luchar contra el cáncer y mantener los órganos húmedos.
Las grasas sanas deben representar el 25% de vuestro consumo calórico. Y las obtendréis de los frutos secos, el pescado azul, como el salmón y el atún, y de las semillas, como el lino, el sésamo, las de calabaza, el tomate y el cáñamo.
Otras fuentes son los aceites insaturados, como el que contiene el aguacate, la calabaza, las almendras y las aceitunas.
Bebed mucha agua, ¿pero cuanta?
Bebed al menos dos litros de agua al día. Y no me refiero a agua con gas, ni a refrescos,
alcohol o bebidas con cafeína. Todo el cuerpo depende del agua para trabajar correctamente y es muy importante para de verdad «comer limpio».
Si realizáis gran actividad física, tomad como mínimo tres litros de agua.
Conclusión
Parece duro, pero ¿no queréis ver de nuevo vuestros abdominales? No dejéis que la comida basura os inunde. Controlad vuestra alimentación y reducid vuestro tejido adiposo. Os encantará el resultado y los demás lo notarán.