Dentro del trinomio Entrenamiento – Nutrición – Descanso, el último de ellos es por lo general descuidado y debe tener la misma importancia que los demás.
El descanso, concepto formado por el sueño y el reposo o relajación, es imprescindible para conseguir tus objetivos.
¿Cuántas horas debo dormir?
Sobre las necesidades de sueño se ha investigado mucho y todavía se ha hablado más: resultan bastante subjetivas, pero suelen oscilar habitualmente entre 6 y 9 horas -ya se sabe que quien está 8 horas en la cama, duerme alrededor de 7; tarda en dormirse, se despierta para ir al baño, se espabila unos minutos antes de levantarse-, con extremos de hasta 2 y 10 horas, sin perturbación de las facultades ni pérdida de rendimiento, según demostró el Informe General del Sueño, efectuado mediante observaciones fidedignas de millares de individuos de diversas edades y a lo largo de un tiempo suficiente.
Generalmente, el rendimiento deportivo se potencia durmiendo más (7 a 9 horas), mientras que el intelectual y de personas que realizan actividades mentales suele mejorar dedicando menos horas al sueño (alrededor de 6).
el cuerpo te confirma si has conseguido tu ración de descanso cuando pasas el día animoso, cargado de fuerza y de energía, y manteniendo unos niveles elevados de atención e interés.
Si te sucede habitualmente lo contrario, intenta dormir algo más y sobre todo mejor, y presta asimismo atención a tus nutrientes y a la forma y el tiempo en que los consumes.
Con frecuencia, el sueño y la relajación dependen de los alimentos ingeridos. Tenlo también en cuenta.
Reposo y relajación
El reposo tiene tanta importancia como el mismo sueño.
El reposo es el período del día que podemos pasar en posición acostada -mejor- o sentada, descansando, relajados, apartando a un lado la atención a las cosas exteriores para dedicarnos a reparar el cuerpo.
Soltando primero los músculos, aflojando después las articulaciones y deteniendo finalmente el pensamiento («parar el mundo», que dicen los meditadores) para concentrarnos luego en el bienestar del organismo, visualizando los órganos, el sistema locomotor, los cinco sentidos, la imagen externa de nosotros, hablándoles entonces cariñosamente, solicitándoles una salud superior y un rendimiento completo, imaginando también cómo llegaremos a ser y nos sentiremos cuando hayamos conseguido los objetivos previstos: deportivos, culturistas, laborales, intelectuales, afectivos, sintiendo como vamos obteniéndolos poco a poco, introduciéndonos mentalmente en ellos.
Recordad que la mente anticipa todo logro. No solo querer es poder, sino creer en ello.
Evita el estrés a toda costa
Uno de los elementos más dañinos para el individuo es el estrés. A veces se presenta de forma abrupta e inmediata, y lo hace en diversos momentos de nuestra vida.
Esas apariciones resultan más difíciles de prever y controlar, pero como son de carácter transitorio, apenas dañan. Lo que debemos evitar es el estrés continuo, en forma de agobio laboral, deportivo, afectivo o referente al entorno.
La calidad y duración de nuestra existencia depende en gran parte de ello, y hemos de actuar drásticamente, alejándonos en lo posible de personas, situaciones y elementos que lo produzcan, ya que se trata del cimiento más profundo de la salud y la clave de las grandes prestaciones y el antienvejecimiento.
Conclusiones
Recomendamos dormir al menos 7 horas al día si realizas una rutina de intensidad media en el gimnasio pero si entrenas de 4 a 6 días a la semana a una intensidad alta puedes necesitar hasta 9 horas de sueño cada día para poder recuperarte.
Además, dedica un tiempo cada día a relajarte, a «desconectar» de la vida diaria… de esta forma evitarás la acumulación de estrés, el cual potencia el catabolismo (destrucción de masa muscular) y puede derivar en muchos problemas físicos de salud.