La era en la que vivimos está plagada de dietas de moda que prometen todo y más.
Como culturistas que sois, necesitáis estar educados de manera que no os dejéis llevar por ninguno de estos planes nutricionales tan ineficaces que podrían echar a perder vuestros progresos.
Toda dieta que reduzca o aumente de manera drástica cualesquiera de los tres
macronutrientes (carbohidratos, proteínas o grasas) no os conducirá hacia las metas que deseáis conseguir en el ámbito del culturismo.
Es el caso de la dieta cetogénica, que se basa en disminuir al máximo el aporte de carbohidratos y en aumentar el de grasas.
Cuerpos cetónicos y cetosis
Pongamos las cartas sobre la mesa: las dietas bajas en carbohidratos no son adecuadas para los culturistas, porque impiden la máxima utilización de las grasas, así como el óptimo desarrollo muscular.
Pueden resultar muy atractivas vistas en anuncios televisivos o en la propaganda de los supermercados, pero no son buenas para ningún atleta y, ni mucho menos, para un culturista. Seguid leyendo y entenderéis por qué.
Si el organismo no dispone de la cantidad suficiente de carbohidratos, tendrá más dificultades para llevar a cabo la metabolización de las grasas, ya que ésta exige la presencia de ambos macronutrientes, o sea, de grasas y de carbohidratos.
Ante la insuficiencia de estos últimos, el proceso de degradación lipídica no puede completarse, por lo que algunas de las moléculas de grasa no terminan de ser metabolizadas y acaban acumulándose en el sistema. Estos productos de desecho se denominan cuerpos cetónicos o cetonas.
Cuando esto ocurre, el organismo entra en un estado conocido como cetosis. Todas las dietas bajas en carbohidratos, utilizadas principalmente para perder peso, desencadenan este trastorno, así que no os dejéis engañar.
El rey de los programas nutricionales que promueven la ingesta reducida de carbohidratos promueve la ingesta de no más de 20 gramos de este macronutriente al día.
¿De verdad creéis que los atletas de alto rendimiento pueden ceñirse a semejante dieta?
El famoso milagro de la nutrición invita al consumo de alimentos como las cortezas de cerdo, las salchichas, la panceta, la carne frita y cualquier otro producto susceptible de obstruir del corazón y las arterias. No hace falta ser un genio para saber que no lograréis ser grandes culturistas si seguís esta alimentación.
Las dietas cetogénicas inducen al consumo abusivo de grasas saturadas, directamente asociadas a las enfermedades cardiovasculares y al cáncer, entre otras dolencias que puedan desencadenarse a lo largo de la vida del sujeto.
Los inconvenientes de la cetosis
Algunos de los efectos secundarios de un estado prolongado de cetosis (que se traduce en la ingesta de entre 20 y 40 gramos de carbohidratos al día durante un periodo de tiempo extenso) son:
1. La disminución del ritmo metabólico
Se pierden menos calorías y, sucesivamente, cuesta más perder grasa. Si esto es lo que creéis que necesita un culturista, estáis equivocados.
2. Irritabilidad
Es algo que deben soportar los amigos y los familiares de algunos asiduos al gimnasio , así que más vale no echar más leña al fuego.
3. Falta de energía
Se trata de la mayor traba de las dietas cetogénicas, ya que hacen que los culturistas se vean casi incapaces de acabar los entrenamientos con la misma intensidad y que su fuerza mengue de manera progresiva.
4. Pérdida de masa ósea por falta de calcio
Se trata de la principal preocupación de las mujeres que quieren seguir una dieta cetogénica. Si sufrís osteoporosis o creéis que podéis heredarla, tenéis que hacer lo posible por evitarlo.
5. Aturdimiento y mareo
Imaginaos que cargáis con 225 kilos sobre los hombros, dispuestos a hacer una sentadilla cuando, de repente, vuestro alrededor empieza girar como un tiovivo. Ni que decir tiene que constituye un gran problema para el culturista.
6. Reducción del número de mitocondrias musculares
Estos orgánulos celulares son las centrales eléctricas del músculo, donde tiene lugar la producción de energía que hace posible la contracción del mismo. Si queréis disponer de una gran reserva de energía para poder enfrentaros al duro entrenamiento es preciso que mantengáis las células musculares repletas de mitocondrias.
7. Sensación general de aletargamiento
¡Justo lo que necesitáis en la víspera de un examen o cuando os preparáis para hacer vuestra presentación sobre las nuevas tendencias del mercado ante el director ejecutivo de vuestra empresa! No hay nada como no poder pensar con claridad para que todo el mundo crea que tenéis el coeficiente intelectual de un niño de 8 años.
Los culturistas ya deben enfrentarse a bastantes estereotipos como para que, encima, se añada otro a la lista. Cuando se sigue la Dieta MET de Máxima Eficacia para perder grasa, la capacidad para concentrarse y para no perder el rumbo mejora. Si no estáis lo bastante motivados, tened presente que perder la concentración a la hora de levantar un peso que podría aplastaros no es un buen modo de prevenir lesiones.
8. Disminución de la libido
Si pensabais que esto no afectaría vuestros entrenamientos, cambiad el chip. La pérdida del apetito sexual se debe a un descenso de las concentraciones de testosterona. Es el principal motivo de queja de los culturistas que siguen una dieta cetogénica, porgue es una condición indeseable que a nadie le gusta vivir día tras día.
Si se sigue una dieta cetogénica durante demasiado tiempo, hay riesgo de hipotiroidismo , y de que aumente el cortisol (la hormona del estrés). Ambas cosas afectan a la libido.
Conclusión
Recordad que las dietas bajas en carbohidratos fomentan el consumo excesivo de carnes grasas y de productos lácteos y deja al margen los alimentos ricos en los nutrientes esenciales que el organismo necesita para presentar un estado de salud óptimo y prolongado, como la verdura, la fruta y los frutos secos.
Numerosos estudios clínicos muestran que la fibra que contienen los productos integrales, la fruta y la verdura, es fundamental para preservar la salud del sistema y, además, combate las enfermedades coronarias y el cáncer.
Las dietas cetogénicas incluyen una cantidad deficiente de fibra dietética y, por eso, dan lugar a trastornos alimentarios.
Es cierto que, al principio, estas dietas parecen funcionar: se pierde una gran cantidad de peso corporal durante las primeras semanas y se produce una disminución del apetito. Pero lo que realmente sucede es un cambio de la bioquímica corporal. Los alimentos ricos en proteínas que forman este tipo de regímenes contienen mucha grasa, por lo que acaban consumiéndose más calorías de las necesarias.
El déficit de carbohidratos hace que el peso que se pierde no sea sólo en concepto de grasa. Me explico: conforme las reservas de glucógeno merman, el organismo empieza a deshidratarse y, por lo tanto, también elimina líquido, en su mayoría intracelular. Asimismo, el sistema tiende a utilizar las proteínas para generar energía, privándoles de sus principales (y biológicamente correctas) funciones corporales.
Cuando esto ocurre, el organismo «quema» las proteínas, en lugar de los carbohidratos (porque no tiene), para obtener combustible, sacrificando el desarrollo muscular. En definitiva, lo que más perdéis es líquido y masa muscular, no grasa, que es justo lo que pretendéis.
Por otro lado el apetito disminuye por las cetonas presentes en el torrente sanguíneo, resultado de la incapacidad del organismo para metabolizar las grasas por la falta de carbohidratos. Esto, a su vez, reduce la energía, provocando mareos, pérdida de la libido, una mala congestión muscular y los demás síntomas mencionados.
Con todo lo que hemos visto, ¿seguís creyendo que las dietas cetogénicas son la mejor opción para los culturistas? ¡Desde luego que no!