Entre las patologías relacionadas con las grasas podemos destacar la aterosclerosis, la hipercolesterolemia, la obesidad y la esteatosis.
Aterosclerosis
La palabra aterosclerosis proviene del griego athero (pasta) y skleros (duro). Es una enfermedad producida por la acumulación de grasa a modo de placas (ateromas) en la parte interna de las paredes de las arterias. Conforme estas placas van creciendo se va produciendo un estrechamiento de la luz arterial y, por lo tanto, el flujo sanguíneo disminuye. Además, si en un momento determinado esta placa se rompe se puede formar un coágulo que puede llegar a bloquear la circulación sanguínea y, como consecuencia, los órganos abastecidos de sangre por la arteria afectada se verán privados de oxígeno y sus células llegarán a sufrir importantes daños e incluso podrán llegar a morir.
La aterosclerosis afecta, fundamentalmente, a arterias del corazón, cerebro, brazos y piernas. Si la arteria afectada es del cerebro se puede producir un ictus y si es del corazón se puede producir un infarto de miocardio. La hipercolesterolemia (nivel elevado de colesterol), baja concentración de HDL, diabetes, tabaquismo, hipertensión arterial, obesidad, etc., son algunos de los factores que pueden inducir la aparición de aterosclerosis.
Hipercolesterolemia
La hipercolesterolemia es una enfermedad producida por la presencia de colesterol en sangre por encima de los niveles normales. Se considera que una persona está afectada de hipercolesterolemia cuando el nivel de colesterol en sangre es superior a 200 mg/dl. Este valor se ha ido rebajando en los últimos años, conforme se han ido conociendo más datos sobre el metabolismo y acciones del colesterol en el organismo.
Para simplificar, diremos que el exceso de colesterol en sangre puede tener como causa una dieta con elevado contenido en grasa saturada, o bien ser debido a desequilibrios internos relacionados con los mecanismos de síntesis y destrucción del propio colesterol.
Podemos distinguir dos tipos de hipercolesterolemia:
• Primaria: ocasionada por problemas en el transporte de colesterol y por factores genéticos.
• Secundaria: se asocia a enfermedades hepáticas, renales y endocrinas. También hay sustancias que favorecen el aumento de LDL, como son los esteroides anabolizantes, los progestágenos, los betabloqueantes y sustancias hipertensivas.
Si la dieta contiene cantidades elevadas de grasa saturada o alcohol, se enlentecerá la degradación del colesterol, haciendo así que se acumule en las arterias, puesto que el organismo tiende a consumir en primer lugar otros tipos de nutrientes.
Obesidad
La obesidad es una patología que consiste en el exceso de grasa corporal. Se trata de una patología de alta prevalencia y que va en aumento. Actualmente, aproximadamente 250 millones de personas son obesas y, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que en el año 2025, esta cifra alcanzará los 300 millones. Las causas de la obesidad son la mala alimentación y la vida sedentaria, además de factores genéticos y orgánicos. Si ingerimos más calorías que las que el cuerpo gasta éstas se acumulan en forma de grasa, mientras que si gastamos más energía que la que consumimos la grasa se utiliza como fuente energética.
La obesidad puede actuar como agente que agrava otras patologías como la diabetes, la hipertensión, las cardiopatías e incluso algún tipo de cáncer. Podemos clasificar la obesidad en dos tipos:
• Central o androide: predispone a tener complicaciones metabólicas. Es la más grave.
• Periférica o gioide: al igual que la anterior, provoca problemas en las articulaciones por sobrecarga, pero no está tan relacionada con problemas cardiovasculares.
Esteatosis
La esteatosis consiste en la acumulación, fundamentalmente, de triglicéridos en células como, por ejemplo, los hepatocitos (células del hígado).
Se distinguen tres tipos de esteatosis en hígado, según el mecanismo por el que se producen:
• Saginativa: producida por un aporte excesivo de triglicéridos.
• Retentiva: debida a la no utilización de triglicéridos por falta de oxígeno, como en casos de anemia crónica o alcoholismo.
• Regresiva: por una lesión celular se impide que la célula pueda utilizar las grasas. Los síntomas de la esteatosis pueden ser fatiga crónica, dolor en el abdomen y sensación de pesadez después de las comidas, pero no en todos los casos los pacientes presentan síntomas.
Muchos de los casos de esteatosis están relacionados con el alcoholismo, pero también los hay debidos a la obesidad y a elevados niveles de colesterol y triglicéridos.
Algunos de los consejos que se dan a las personas que padecen esta patología son evitar las rápidas subidas y bajadas de peso, la leche entera, los quesos muy curados, el alcohol y las grasas animales. Por otro lado, hay que intentar disminuir la ingesta de azúcar y dulces e intentar que nunca falte un aporte proteico en la dieta.
Las fibras ayudan a absorber las grasas y, por lo tanto, es conveniente introducir en la dieta alimentos que las contengan. Recordemos que la adsorción es un proceso diferente de la absorción: para explicarlo de una forma muy simple, diremos que parte de las grasas de la dieta se quedan adheridas a las fibras y el organismo no las absorbe. El consumo de pescado azul y de legumbres ayudan a reducir los problemas con el colesterol como ya se ha comentado.