La mujer presenta un entorno hormonal mucho más complejo que el del hombre. Veremos en este artículo algunos conceptos básicos sobre hormonas femeninas que todas deberíamos conocer.
El cambio de nuestro cuerpo debe comenzar por un conocimiento del mismo.
Durante la etapa fértil de la mujer, el ciclo menstrual se rige por las secreciones del hipotálamo, la pituitaria y los ovarios, éstos últimos encargados de segregar los estrógenos y la progesterona, dos hormonas de cuyo equilibrio depende no sólo la función reproductiva de la mujer, sino el resto de su salud física e incluso psíquica.
Los estrógenos se dividen en estrona, estriol y estradiol, y son los responsables de las características sexuales de la mujer (cadera, pechos, tono de voz … ).
En la etapa reproductiva se encargan de estimular la formación de los folículos ováricos y óvulos. Su máxima concentración en el cuerpo se alcanza durante los primeros 14 días del ciclo femenino.
La menopausia
Cuando la mujer llega a la menopausia, las cantidades normales de estrógeno descienden paulatinamente y pueden favorecer múltiples desarrollos y dolencias: nerviosismo y depresión, sofocos, propensión a la osteoporosis, cáncer y dolencias cardiacas.
Isoflavonas
Esta deficiencia puede suplirse con éxito con fitoestrógenos en forma de isoflavonas, sustancias naturales que promueven la síntesis en el organismo de los estrógenos necesarios y equilibran los niveles de esta hormona.
El alimento que más isoflavonas aporta es la soja en cualquiera de sus formas: tofu, leche y yogures de soja, habas cocinadas, germinados, miso, tamari, proteína de soja texturizada …. Los suplementos de isoflavonas de soja encapsulados también son efectivos.
Xenoestrógenos
Dentro de los grupos de estrógenos, existen unas sustancias prohormonales artificiales sumamente peligrosas: los xenoestrógenos.
Estos compuestos químicos poseen una estructura molecular similar a la de los estrógenos naturales. con la diferencia de que actúan bloqueando los receptores hormonales del organismo y causan un exceso patológico de estrógenos en el cuerpo de la mujer y una degradación de la progesterona.
Se encuentran ocultos en los vegetales tratados con plaguicidas y en los alimentos que se encuentran envasados en plásticos del tipo PVC (botellas de agua mineral, precocinados, algunos congelados, etc.), que conviene restringir en la dieta.
Consume soja
También la soja y sus derivados son alimentos fundamentales, ya que su fitoestrógeno genisteína es capaz de interrumpir la acción de dichos xenoestrógenos. La soja, por ello, equilibra el sistema hormonal y puede tanto promover la producción de estrógenos naturales como anular la acción del exceso de estrógenos artificiales.
La mujer también debería incluir en su dieta el maíz y la avena y vegetales como el apio y las algas comestibles, ya que ejercen una acción similar a la soja.
Progesterona
En cuanto a la progesterona, equilibra el ciclo hormonal de la mujer desbordándose en gran cantidad en el torrente sanguíneo durante la última semana de la ovulación y es la responsable que se complete el período menstrual.
El mejor método de mantener la armonía de estrógenos/progesterona es evitar la ingesta de estrógenos artificiales.
La celulitis y las hormonas
La piel de naranja, que es el término popular con que se conoce la celulitis, es el aspecto que ofrece la epidermis cuando se acumula grasa en el tejido adiposo, produciéndose una ralentización de la circulación linfática y venosa, una acumulación de toxinas y un envejecimiento prematuro de las fibras del sostén.
Se trata de un cuadro congestivo local que puede manifestarse en vientre, caderas, glúteos, muslos, rodillas y antebrazos.
Esta alteración que afecta casi en exclusiva a las mujeres, tiene lugar al aumentar el número o tamaño de los adipocitos, células grasas que, aglomeradas en nódulos, comprimen los vasos sanguíneos, los conductos linfáticos y las terminaciones nerviosas.
La genética y las hormonas en primer lugar, así como la mala alimentación, la falta de ejercicio y los regímenes yoyo o dietas milagro, en el segundo, constituyen el abanico de factores que provoca la celulitis, por mucho que algunos le echen la culpa al tabaco, al estrés, el estreñimiento y la contaminación o la falta de sueño.
El estrógeno se podría decir que provoca una retención hidrosódica y la progesterona la combate.
Cuando de produce un desequilibrio hormonal, el tejido conjuntivo soporta una sobredosis de agua, grasa y desechos tóxicos mal evacuados por el torrente sanguíneo y linfático.