Si has estado siguiendo una dieta muy baja en calorías con restricciones al límite de lo saludable es recomendable empezar una etapa de mantenimiento donde la dieta se normaliza, es más saludable, no tan baja en calorías y que además permite no volver a recuperar el peso perdido.
A esta etapa se la denomina dieta de Mantenimiento; más que una dieta, es una forma de comer saludable, que deberíamos de mantener indefinidamente.
Cuanto más se parezca tu comida a lo que crece en la naturaleza, mucho mejor. Las comidas crudas son mejores que las cocinadas porque tu cuerpo debe trabajar más duramente para ingerirlas.
Por la misma razón, los alimentos puros son mejores que los procesados. Sigue los siguientes hábitos saludables cuando reinsertes los alimentos prohibidos en tu dieta.
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No tomes alcohol, adopta la mentalidad 0.0
El alcohol es uno de los alimentos más complicados de reintroducir en la dieta.
Después de una dieta con fuerte restricción calórica, tu cuerpo es como una esponja limpia y seca. Cuando bebas alcohol, cualquier tipo de alcohol, tu cuerpo lo absorberá.
Te sentirás hinchado y con la piel inflada casi inmediatamente después de beber. Por ello, creo que el único alcohol saludable para ti es el vino tinto y siempre deberás limitarlo al máximo.
El vino tinto contiene ciertos nutrientes que son buenos para el corazón. Además, tiene muy buen sabor, lo que anima a beberlo despacio y saborearlo.
Por último, contiene muchas menos calorías y carbohidratos que cualquier otro tipo de alcohol.
Evita el pan, calorías vacías de nutrientes
No tengo nada bueno que decir del pan. Incluso el pan integral a menudo contiene un poco de harina blanca. Reserva el pan para comidas trampa, y aun así, ¡come la menor cantidad posible!
Por ejemplo, si pides una pizza, pídela de base fina. Cuando quieras un bocadillo, pídelo abierto, con una rebanada de pan. Cuando comas fuera, coge solamente una rebanada de pan de la panera y después aleja la panera… en estos pequeños sacrificios es donde encontrarás el éxito.
El pan fermentado y el pan integral se ingerirán algo más lentamente que otras variedades, convirtiéndolos en opciones ligeramente mejores.
Carbohidratos almidonados… los hay mejores
Adopta las distintas variedades de alimentos de semilla puros como la quinoa, las lentejas, las judías, el arroz integral y la harina de avena de lenta cocción.
La quinoa es una semilla fabulosa que contiene una gran cantidad de proteínas.
Evita la pasta en la medida de lo posible.
Descubre todo los que tienes que saber sobre ellos en nuestra sección de carbohidratos.
Lácteos si, pero sin grasa
Elija versiones light y desnatadas de leche y de yogur. Utilízalos más en recetas que en verdaderas raciones. Por ejemplo, utiliza yogur natural desnatado en lugar de mayonesa.
Olvídate de los yogures de sabores, los cuales valen por dos porque contienen mucho azúcar.
Descubre por qué la leche puede ayudarte a perder grasa.
Olvida los dulces, no te aportan nada
No existe ningún dulce que sea bueno. Resérvalos para algún día que quieras hacer una comida trampa o justo después del entrenamiento con pesas.
Elige bien las fruta y las grasas
Escoge las variedades de fruta con menos carbohidratos y calorías, como los arándanos, las fresas, el melón, el kiwi, las manzanas y las peras. Olvídate de las frutas tropicales como la papaya y el mango.
Para las grasas, escoge los alimentos de aceite de pescado como el salmón. También puedes tomar raciones controladas de frutos secos entre las siete y las diez de la noche como tentempié.
Asegúrate de escoger frutos secos saludables que sean bajos en grasa. Las almendras y nueces crudas y los cacahuetes orgánicos crudos son buenas opciones. El aceite de linaza también es muy recomendable.
Además de estos consejos recuerda seguir haciendo deporte regular y mantener una vida activa, ¡es la única manera de asegurarte de no recuperar el peso perdido durante la dieta!