Si eres alguien no acostumbrado a hacer actividad física de ningún tipo, ni a utilizar instalación deportiva alguna que no sea la piscina pública, el primer día en el gimnasio puede llegar a ser algo incluso traumático.
Sin embargo, tras el boom del acondicionamiento físico, mucha gente ha visto en los gimnasios una manera cómoda y sencilla de cuidar su cuerpo y fomentar la salud, pero para ello tendrán primero que superar ciertas «barreras».
Esto no significa que entrenar en un gimnasio sea la única y mejor opción… puedes combinar tus sesiones en el gimnasio con otras desde tu casa utilizando algunas de las opciones de gimnasio online disponibles. Esto, además de ahorrarte tiempo y desplazamientos, te permite descansar «mentalmente» del gimnasio.
En cualquier caso, el gimnasio puede ser un lugar de desconexión y crecimiento personal sin igual. ¿Tienes miedo de empezar? ¡No deberías! Vamos a intentar convencerte.
El primer día de gym
Si habéis llegado a este artículo es que estáis dispuestos a entrar en un establecimiento donde no conocéis a nadie aparte del rostro familiar del recepcionista que os atendió cuando fuisteis a pedir información.
Además no sabéis a qué clase tenéis que dirigiros, no tenéis ni idea de cómo funcionan esos espectaculares aparatos cromados y mucho menos de cómo poner en marcha esas galácticas máquinas de correr y quizás ni siquiera conocéis la ubicación de los vestuarios.
No os preocupéis, tenemos unas recomendaciones que podrán haceros más fácil el primer día en el gimnasio, ¡y todos los que están por venir!
Primera consulta al monitor o coordinador de sala
Aunque os hayáis informado previamente antes de proceder a la inscripción definitiva, es conveniente que cuando lleguéis al gimnasio por primera vez os dirijáis a la recepción y preguntéis por dónde podéis empezar a trabajar.
A buen seguro que desviarán vuestra consulta al monitor de la sala de fitness o sala de aeróbic, y ellos podrán aleccionaros sobre la mejor manera de empezar con buen pie vuestro primer día de gimnasio.
De todos modos, es recomendable que os hagáis con una lista de clases y horarios para poder adecuar vuestra agenda a las actividades que os están ofreciendo, al tiempo que resaltáis las que os han recomendado más vivamente.
El vestuario es oscuro y alberga horrores
Lo más normal va a ser que en el vestuario os crucéis con gente que se desnuda sin ningún tipo de complejos, con una total desinhibición, algo a lo que tal vez no estéis acostumbrados.
Podéis evitar esa situación llegando y saliendo del gimnasio con la ropa de deporte, aunque en realidad no es lo más recomendable, sobre todo si vivís un poco lejos.
La realidad es que todos hemos venido al mundo en las mismas condiciones, y aunque podáis observar cuerpos más en forma que el vuestro, eso no debería preocuparos ni avergonzaros en absoluto, tiempo tendréis para ver cumplidos los objetivos que os habéis propuesto.
La ropa adecuada en tu primer día y en todos los demás
En función del gimnasio elegido y del ambiente que haya en el mismo, es probable que os deis cuenta de que la ropa elegida para entrenar no se parece demasiado a la que llevan los demás, y es que… ¿Cuánto hace que no renováis el vestuario?
Para vuestra información os diré que ya no se llevan esos chándales azul marino con rayas blancas, y que en las tiendas podréis encontrar algo más que esas raídas y monótonas mallas negras.
De cualquier modo, deberéis tener en cuenta que lo fundamental es que os encontréis cómodos con la ropa elegida, que ésta sea transpirable y con la textura adecuada a la temperatura que haya en el gimnasio, y algo más importante todavía: que el calzado sea el adecuado, ya que no es lo mismo unas zapatillas para hacer aeróbic que unas deportivas para usar en la sala de musculación.
Si tienes dudas… ¡Pregunta!
No os avergüence hacer todas las preguntas que sean necesarias, ya que en un intento por disimular vuestra inexperiencia podríais terminar provocando alguna lesión de importancia.
Los monitores (incluso en los gimnasios low-cost) están para enseñaros la técnica de todos y cada uno de los ejercicios que os han aconsejado, y para velar por el buen desarrollo de vuestro entrenamiento.
Hacedles caso y no queráis ir por libre, o lo que es peor: no intentéis imitar al compañero de al lado que a buen seguro llevará más de diez años de regular y duro entrenamiento, ya que las consecuencias podrían ser mucho peores de lo que imagináis.
Sin temor a las clases colectivas
Si bien es cierto que las actividades dirigidas tipo step, cardiobox, spinning… exigen al principio un muy bajo sentido del ridículo, no es menos cierto que deberíais contemplarlo como lo que es en realidad: una modalidad «deportiva» que requiere de un previo proceso de aprendizaje por el que todos han tenido que pasar.
No os avergoncéis de vuestra falta de coordinación o del sentido del ritmo, son aspectos que requieren de una buena dosis de paciencia y de un entrenamiento regular.
Lo mejor será que lo comentéis con el monitor o monitora que esté al cargo de la sala en ese momento, para que os diga si estáis preparados o no para afrontar su clase.
De todos modos, si os decidís por esas actividades dirigidas que os mencionaba, hay unas normas básicas que deberías seguir como:
- No entrar en la sala si llegáis tarde
- No iros antes de que termine
- En la clase, colocaos en una posición donde el monitor pueda observaros y corregiros
con una cierta comodidad. - Calentad y estirad bien todo el cuerpo.
- No queráis traspasar la barrera de vuestra propia resistencia.
- Centraos primero en los pasos que involucren a las piernas para luego ir coordinando con los brazos de forma progresiva.
Consejos básicos de entrenamiento
Intentad acudir al gimnasio un mínimo de tres días semanales, y alternad actividades de tipo aeróbico con otras de tonificación muscular para realizar un entrenamiento completo.
No os vayáis nunca del gimnasio sin antes haber estirado correctamente todos los músculos que habéis trabajado.
Deberíais recordar que después de veinticuatro a cuarenta y ocho horas de ese primer entrenamiento, lo más normal es que os duela todo el cuerpo, ya que seguramente vuestro organismo habrá sido presa del ácido láctico.
Para remediar esa situación, y aunque os parezca extraño, deberíais volver al gimnasio y seguir entrenando de forma regular, aunque tal vez con una menor intensidad si cabe las primeras semanas.
Tu salud es lo más importante
Tened en cuenta que antes de iniciar cualquier programa de actividad física, antes incluso de realizar la inscripción en el gimnasio, deberíais someteros a un examen médico que determine vuestro buen estado físico.
Para más consejos para novatos revisa nuestra guía de gimnasio y musculación para principiantes con muchísimos consejos para gente que inicia en el gimnasio.
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Ahora que tienes las herramientas y los consejos fundamentales… ¡a por ello!